Hoy es oficialmente el primer día de la vuelta a la rutina, después de todo este tiempo sin publicar, de todos los cambios que he tenido a nivel profesional (que afectan a otros niveles), por fin estoy por aquí.
Volver a la rutina puede ser algo pesado, aunque debo reconocer que llevo semanas con ganas de publicar he querido esperar a esta semana, como la semana del inicio laboral del 2017.
Vamos a empezar despacio, sin prisas, dejando un poco que las cosas lleguen solas y a su ritmo. Con un ritmo lento, como el de el apartamento que os traigo hoy. Un apartamento para vivir disfrutando de las pequeñas cosas, de los placeres de una agradable conversación después de comer en esa bonita cocina, sentados en el banco entre mullidas mantas. O de disfrutar simplemente de contemplar el fuego, tan magnético y cautivador saboreando un buen chocolate caliente.